roger tee.

Sacrificio.

Finales de verano de 2007. Me encontraba agitado en el balancín de la terraza de la casa donde había pasado todo el agosto. Una ligera brisa marina agitaba las hojas de los árboles, que desprendían una melodía suave que entraba en mi interior y me bajaba suavemente los párpados. El sol de media tarde le daba una mano. Estaba esperando su llamada, y la espera se me hacía eterna.
De repente, sonó la canción del verano, que tenía como melodía en mi móvil. Me hizo un bote el corazón. Los ojos se me abrieron rápido y me levanté de un salto. Todos los sonidos que me rodeaban hacía nada, se habían silenciado, y solo se oía la melodía del teléfono. No sabía si contestar o no. Por un lado, me moría de ganas de saber la respuesta. Por otro lado, tenía miedo de que la respuesta fuera un no.
- Si? - Pregunté.
- Lo tengo.
- Y?
- Todavía no lo he abierto.
- Y a qué esperas? - Le dije alterado, estaba nervioso.
- ¡Enhorabuena!
Al escuchar esa palabra, no pude aguantar las ganas de gritar. Me despedí y me puse a correr tan rápido como pude. Entré en casa y llegué a la sala donde mis padres estaban descansando. Y les comuniqué la noticia: había aprobado el examen. El examen para el que tanto me esforzé, del cual me dependían tantas cosas.
Me felicitaron los dos, y me dijeron que estaban orgullosos de mí. Les pregunté si cumplirían lo que me habían prometido, y me respondieron afirmativamente. Entonces cogí la bicicleta y fui a buscarla para comunicarle la noticia que tan feliz me hacía. Además, me sentía grande, con ánimos para decirle lo que sentía por ella.
Cuando llegué a su casa me abrió su hermana. Definitivamente no se parecen en nada. Me dijo que me esperara en el sillón del recibidor. Ella bajó rápido y me saludó tímidamente. Estaba tan guapa como siempre.
- Te tengo que decir una cosa.-le anuncié.
- Pasa algo?
- ¡No! Bueno, de hecho sí, sí que pasa. He aprobado el examen de inglés y. ..
- Felicidades!
- Gracias! Pero no es esto lo que te quería decir. Lo que te vengo a decir es que me dejan venir contigo a la playa.
- Ostras! De verdad?
- ¡Sí! Y también te quería decir que ... Que desde hace un tiempo yo ... Yo ...
- Me quieres. Y yo también a ti.
Conectamos nuestras miradas. Sus grandes ojos de chocolate me miraban fijamente, y yo a ellos. Nos acercamos poco a poco, y nos fundimos en un beso, en el beso que tanto había soñado.
Aquel fue el mejor verano de mi vida. Me había sacrificado estudiando mucho, pero obtuve dos recompensas: el título de inglés y ella.
Roger Torremorell Albuixech

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XOXO,
R.sheet!